Orar y arar

Querida familia y amigos. Tengo que decirles que no creo en el poder de la oración y la sanación (lo siento).

Creo en el poder descomunal del trabajo y la potencia de la disciplina.

Si quieres que todo mejore a tu alrededor, no basta con orar también debes arar.

No basta con que desees algo y lo digas en voz alta mirando al cielo, necesitarás, además, del esfuerzo cotidiano y constante qué es lo único que da frutos.

Creo en el poder revolucionario de la creatividad.

Por eso si un día, alguien, de pronto, se aparece con una idea maravillosa y perfecta, no vayas a pensar que le cayó del cielo, te aseguro que detrás hay largas horas de estudio, reflexión y experimentación. Así que respeta eso.

Y... no, no creo en lo perfecto. 

Somos seres humanos, es decir, criaturas que aprenden de sus errores. Si no cometieramos errores nunca aprenderíamos nada.

Así que, no me molesta que ores.

Lo que me molesta es que luego no te levantes y salgas a construir, ladrillo a ladrillo, surco tras surco, el mundo por el que te arrodillaste a rezar.


chaveztoro

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