Sobre democracia y microbios

La leche, igual que la democracia, es buena.

Pero ambas contienen elementos que podrían ser dañinos para la salud.

La leche contiene galactosa. Un inofensivo monosacárido azucarado. 

El problema es que al crecer, perdemos la capacidad de procesar la galactosa y que su consumo, en dosis excesivas, envejece las células.

La democracia tiene un microorganismo llamado el parlamentario. Un inofensivo y locuaz microbio. «Micro» del griego (diminuto, pequeño) y «bio» del griego (vida):  Seres vivos diminutos en relación a la totalidad del cuerpo que habitan.

El problema es que cuando muchos de estos microbios se juntan: Mutan y pasan a denominarse: Mayoría parlamentaria.

Esta mutación tiende a adoptar el comportamiento  típico de un virus. 

Primero, intenta desactivar las células que protegen, sanan y mejoran el organismo huésped, para luego hacer copias de sí mismo que ocupen el lugar de la celulas eliminadas.

Después invade los órganos sensoriales. 
La vista y el oído son saturados con agentes químicos psicotrópicos, destinados a persuadir al organismo huésped que la actividad destructiva del virus es para su bienestar.

En su momento de mayor crecimiento, el virus desactiva el olfato.
Intenta de esta manera que el organismo huésped no perciba el aroma a descomposición que produce su accionar.  

El objetivo final de este virus, como ya se ha documentado en anteriores infecciones (1995-2000), es tomar el control de los órganos principales y apropiarse de todos los recursos disponibles del organismo huésped (para, en  algunos casos, trasladarlos a cuentas en Suiza).

Tratamiento y posología

Como con cualquier otro agente infeccioso, primero se debe dejar que el propio organismo huésped active sus mecanismos de defensa (básicamente, protestas de grupos civiles organizados y reacción ciudadana en redes sociales). Normalmente esto es suficiente para mantener controlada la infección.

En el caso de que la fiebre y las convulsiones persistan, se recomienda dosis regulares de investigación periodística, aplicar altas dosis de esteroides a microbios parlamentarios no infectados y, finalmente, realizar masivas y recurrentes movilizaciones de células sanas.

El huésped ha demostrado capacidad para evacuar la infección por sí mismo, vía tracto gastrointestinal. 
Aunque con un leve sangrado.


chaveztoro

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